jueves, 19 de marzo de 2009

Father One (12-03-2009)

Hoy nos hemos acercado a la iglesia de San Pedro. Dista unos 350 metros de la iglesia de San Andrés. Allí hemos conocido al Padre Juan (father one, como nos cuenta que le llaman sus feligreses mientras esboza una sonrisa). Es un jesuita valenciano que lleva en Bombay (porque cuando él llegó aquí Mumbai todavía se llamaba Bombay) la friolera de 56 años. Por aquel entonces la ciudad contaba con 3 millones de almas. Hoy son casi 20.
En Mumbai todavía quedan unos 15 jesuitas de los más de 100 que llegó a haber, y 3 de los cuales viven en la parroquia de nuestro protagonista. Nos invita a pasar a uno de los salones parroquiales y charlar relajadamente con él. Hablamos de la motivación de nuestra estancia en Mumbai, de su misión pastoral, de España, … Todavía conserva un marcado acento valenciano y de vez en cuando le cuesta recordar la pronunciación española de alguna palabra. Nos comenta que hace cinco años que no pisa suelo español, pero que tiene pensado hacerlo este verano para poder asistir a la primera comunión de su sobrina. Aprovecha para hacernos alguna reflexión de la pérdida de valores en el viejo continente que él percibe. La gente siempre va con prisas y tiene la sensación de que cuando queda con alguien parece que le interrumpe su vida ordinaria, pues se ha dejado de tener tiempo para la escucha y el cultivo de las relaciones personales. Habla con cierta melancolía. Cuando va a España echa de menos la masa de personas que hay en Mumbai. Como dice él, cuando pasea por Valencia es como pasear por un desierto. Parece que no hay nadie. Le preguntamos por su labor en la parroquia. Nos cuenta que tiene 6 misas diarias y 8 los domingos. La iglesia, una de las más grandes de Mumbai, que tiene cabida para unas 300 personas, se suele quedar pequeña. Aquí la religión no es sólo cosa de viejos. Su labor no consiste en grandes proyectos. El trato directo con las familias y sus necesidades parece ser el eje central de su actividad. Eso sí, nos recalca que el barrio es de clase media-alta.
Le hacemos saber que un programa de la televisión española está esta semana en la ciudad y que podría ser interesante un testimonio como el suyo. Acepta sin ningún problema. Desgraciadamente, mañana su labor pastoral lo tendrá ocupado hasta por la tarde. Esperemos que pese a todo no haya problema para grabarle. Promete ser enriquecedor para todos.
Antes de despedirnos tomamos nota de su teléfono móvil y él hace lo propio con los nuestros. Se le ve torpe escribiendo. Además, nos advierte de que su capacidad auditiva ha vivido tiempos mejores. Antes de salir, nos invita a pasar al templo, pues de la que nosotros llegamos estaba cerrado.
En otro orden de cosas, además de la experiencia del “Father One” ya tenemos pensado qué vamos a enseñar a la gente de Callejeros-viajeros. Todavía no tengo muy claro el nombre exacto del programa. No sé si lo estarán anunciando ya en Cuatro, así que quizás vosotros sepáis más que yo. De momento no os desvelo más, que a saber lo que pondrán por la tele una vez que tengan que montar el programa. Parece ser que para tener 30 minutos de televisión de calidad son necesarias tropecientas horas de video.

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