lunes, 30 de marzo de 2009

Fin de semana en Goa


Cierto que Castilla es ancha. Pero India no lo es menos. Este fin de semana empezamos a comprobarlo. Después de un mes en el insufrible día a día de Mumbai parecía que el cuerpo pedía una escapadita. Así que a las 16:55 horas del viernes 27 cruzábamos la puerta de embarque rumbo a Goa. En ese momento ninguno podíamos imaginar hasta qué punto el fin de semana nos depararía sorpresas.
No quisiera aburriros con detalles del viaje. Simplemente dos consideraciones:
- En Goa se pueden alquilar motos por un dinero realmente ridículo (unos 3€ al día). Sí, ya puedo decir que conduje una moto sin mayores percances. Creo que debo sentirme afortunado por ello.
- Mucho cuidado con viajar en tren (pues ése fue el medio elegido para la vuelta). India, siempre (y cuando digo siempre quiero decir literalmente siempre) te sorprende. Un viaje de 10, 5 horas para recorrer unos 500 kms. puede dar mucho de sí. Con todo, los pasillos del tren indio no son tan incómodos como los pintan. Se duerme bastante bien tumbado en ellos.

En la foto, empezando por la izquierda:
- Pepe (Mumbai)
- Eneko (Mumbai)
- Marina (Mumbai)*
- Javi (Nueva Delhi)
- María (Mumbai)*
- Isabel (Mumbai)*
- Irene (Mumbai)
- Graziella (Mumbai)
- María (Mumbai)*
- Íker (Nueva Delhi)
- Pablo (Mumbai)*

Pablo y Eneko son mis compañeros de piso y los que llevan asterisco, mis compañeros de trabajo. Quedan oficialmetne presentados.


"El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra"

miércoles, 25 de marzo de 2009

Watchman (25-03-2009)



La foto de hoy ilustra la figura del watchman (el hombre que observa). Este amable señor, o el que corresponda, tiene como trabajo abrir y cerrar la puera del portal cada vez que entro o salgo de casa. Ni más ni menos. Si ese hombre no está y estoy en casa, no puedo salir. Y si estoy fuera, no entro. Muy simpático todo. Por fin, hace un par de días conseguimos que nos dejaran la llave para hacer una copia (después de tres semanas). Lo mejor era por la noche cuando llegabas tarde y estaba durmiendo. Creo que nos odia un poco por despertarle los fines de semana. En un país con más de mil millones de personas tienes que tener empleos de este tipo para mantener a la gente empleada.
¿Vuestra opinión?

domingo, 22 de marzo de 2009

Free home delivery (22-03-2009)


Me levanto relativamente tarde para no haber salido ayer. Tengo que aprovechar la mañana, porque tengo que hacer fotocopias del contrato de alquiler de la casa, del pasaporte, del visado y sacarme unas fotografías de carné. Todo eso porque me lo pide la compañía de internet para darme de alta como usuario. Lo de internet merece capítulo aparte. Cuando tenga un millón de horas libre (quizás necesite alguna más) os cuento cómo se puede conseguir aquí algo parecido a una conexión.
Después voy a cortarme el pelo y a darme un masaje craneal. Ni siquiera sabía que exisitía lo del masaje craneal, pero por lo que cuesta decido atreverme con él. 60 rupias el corte y otras 60 el masaje. Me envadurnan la cabeza con un aceite bastante oloroso y empiezan a masajearme primero con las manos y luego con una especie de vibrador de mano. La verdad es que el aceite proporciona una sensación de frescura muy agradable. No es el happy ending de otras peluquerías pero no está mal.
A la hora de comer me acerco a Linking road, una calle bastante comercial. Me dejo caer por el McDonalds. Un número indeterminado de personas optan por la misma idea que yo a la hora de comer. Un sitio interesante para ver la heterogeneidad de la ciudad. Veo a musulmanes con larga barba y trjae blanco, mujeres tapadas hasta las cejas, indios en general. Suelo quedarme mirando a la gente por un tiempo. Y ellos hacen lo mismo. Pero los diferentes no son ellos. Soy yo. Hay veces que se me olvida que aquí soy forastero. Aprovecho también para comprarme un par de pantalones cortos (350 rupias cada uno) y tres pares de calcetines (30 cada par). Llevo tres semanas aquí y casi no he tenido tiempo para comprarme los pantalones cortos que no traje de Oviedo.
Vuelvo hacia mi casa y después de tomar una cerveza con los parroquianos asisto a la misa dominical. Son las 18:30. A la salida, Penélope, vecina de Bandra se acerca para charlar conmigo. Simplemente quiere darme la bienvenida a la parroquia y presentarme al sacerdote. Una vez más, agradezco la amabilidad de la gente india.
Ceno lo que veis en la foto. Pizza de 8'' por 100 rupias. Me la traen a casa sin coste adicional. Free home Delivery, my friends. Aquí te traen a casa casi cualquier cosa que se os ocurra. Se agradece bastante y más en un día de cansancio como el de hoy, en el que habré sudado tranquilamente un litro de agua.

"Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti"

sábado, 21 de marzo de 2009

Consulado (20-03-2009)


Hoy estuve registrándome en el consulado de España en Mumbai. Dentro de poco habrá elecciones en India y no creo que haga falta señalar cómo andan las cosas de tensas por aquí. Parece ser que el grado de alerta es máximo. Se nota en varios aspectos. Para entrar en muchos sitios públicos tienes que pasar por varios arcos de seguridad y dejar registrar tus pertenencias personales. Así mismo, hay soldados apostados con una metralleta en muchos sitios de la ciudad, protegidos por una trinchera a base de sacos de piedras. Pero todo bastante rudimentario. Basta con decir que aquí el arma más mortífera de la policía es un palo. Literalmente. La televisión tampoco ayuda mucho a pacificar las cosas. La información acerca del conflicto con Pakistán es permanente. Que si se han encontrado terroristas allí, que si siguen entrenando, …


Y Bombay es una ciudad superpoblada completamente abierta al mar. No se me ocurre lugar más vulnerable. Así que nuestro jefe, en previsión de lo que pueda pasar, nos apresuró al registro. Mi camino desde la Oficina Económica y Comercial hasta el Consulado en coche oficial lo pagasteis todos los honrados contribuyentes. Una vez allí, me presentan al cónsul. Tipo educado pero parco en palabras. Después me pongo a conversar con dos de los trabajadores que hay por allí (de un total de 8, creo recordar). Una barcelonesa de grandes ojos azules que lleva aquí 6 meses y a la que ya le queda poco para regresar a casa. Estuvo viviendo en NY, Ecuador, Londres, Bruselas, … Nos confiesa que está deseando volver a España, que está harta de Bombay. Pese a que estuvo en medio mundo, nos dice que nada comparable a esto. Me falta esa experiencia viajando, pero casi que no me cuesta mucho saber de qué habla.


El otro, un gallego de mediana edad y físico generoso. Tipo amable, que estuvo trabajando en la oficina de inmigración de Canarias. Tampoco es un apasionado de la ciudad.


Con todo, desde que estoy aquí, sigo sin percibir el más mínimo grado de inseguridad. Me muevo por las calles completamente despreocupado.





“Amarás al prójimo como a ti mismo”

DonRo (19-03-2009)


Hoy es el día del padre. Como buen hijo, he contactado telefónicamente con el mío.


Por lo demás día normal en la oficina. Una vez en casa, esperamos a que llegue el tipo de internet. Estábamos citados a las 18:30. A las 20:45, nos empezamos a dar cuenta de que nos ha dado plantón. Una vez más (y no sé cuántas van) hay que armarse de paciencia. Esperemos que mañana haya más suerte.


Acabo de llegar del piso de las chicas de ver un documental sobre India. Estando allí me informan del fallecimiento de Don Rosendo. Me comentan que nuestra querida parroquia de San Pablo de la Argañosa se ha quedado pequeña para despedirle. No me esperaba menos. Me acuerdo de las clases de informática por teléfono, sus continuas fotos, el belén de cumbres, las misas, sus habituales despistes, las convivencias, sus visitas a mi tío, …


Una lástima no poder estar allí para darle el último adiós.



“Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque el salvará a su pueblo de los pecados”

Cheers (16-03-2009)


5:00 p.m. Salgo del trabajo. Me dirijo a casa y por enésima vez llamo a mi casero para que intente agilizar los trámites necesarios para nuestra conexión a Internet. Después visitamos a la secretaria del edificio (otra vez) no sé muy bien para qué. Aquí las cosas van así. Hay que dejarse ver. Ser un tipo reliable. A veces me desespera esta lentitud en todo. Después mis compañeros se van al gimnasio. Yo no he cambiado tanto mis hábitos. He sido incapaz de apuntarme. Aprovecho para dar una vuelta turística por el barrio. Compro 6 plátanos por 20 rps. Se pueden conseguir por 10 pero simplemente no me apetecía regatear 10 rps (unos 30 cts). Después pongo rumbo a Sain Paul, la iglesia del afable father one. Le comento que buscamos una persona para que nos haga las tareas de la casa. Promete ayudarnos a buscar alguien eficaz, eficiente y de fiar. Me cuesta creer que haya alguien así en India. No porque no sean de fiar, sino porque aquí la eficacia y la eficiencia parecen ser términos inmiscibles. A la salida, empapado en sudor, me dispongo a disfrutar una cerveza en algo parecido a un bar que hay cerca de mi casa. Allí me saluda un grupo de lo más variopinto. Un escocés, un americano y 5 indios. Me invitan a tomar asiento con ellos, cosa que hago con gusto. Disfruto la cerveza en su compañía. Brindan a mi salud (y yo a la suya). ¡Cheers! ¡Salud! Conversaciones de barra de bar (mujeres, alcohol, trabajo, …) que no le vendrán demasiado mal a mi inglés. Uno de ellos tiene una óptica. Gafas a 8€. No prometo nada. Igual acabo comprando alguna. Después de una cerveza me levanto y me voy. Ellos parecen no tener prisa. Vuelvo a casa completamente agotado. En esta ciudad, poco que hagas te agota física y mentalmente. Noto mi falta de mimetismo con Mumbai.



“Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra”

Playeando (15-03-2009)


Acabo de llegar de dar un paseo por la playa. Una playa india es más bien un concepto de lugar de encuentro que nuestro concepto de playa. Era el barrio de Juhu, al norte de Bandra. Allí estuvimos en el VIE Lounge, un bar que incumple cualquier tipo de normativa de costas, si es que la hubiese en Mumbai. En un voladizo, sobre la arena, saboreo un batido del que no recuerdo el nombre. Realmente delicioso. Sopla una agradable brisa. Casi no me acuerdo de los 30º y de la humedad. Hasta ahora, uno de los momentos más plácidos desde mi llegada. ¿El precio? Mejor no os lo digo. Sin que sea mucho, en Mumbai los precios son muy relativos. Una familia podría comer con lo que cualquiera de nosotros se gasta en una coca cola. Millones de personas sobreviven con menos de 1€ al día. Y de la que vuelvo a casa veo a unas cuantas.



“Señor, tú tienes palabras de vida eterna”

Mariscada (14-03-2009)


Hoy nos hemos dado un sabroso homenaje. Cenamos una mariscada preparada por los maestros culinarios que me rodean. Yo me encargué de parte de la logística. Para que os hagáis una idea de por dónde andan por aquí los precios, la lista de la compra realizada por un servidor fue la siguiente:



Botella de coca cola: 55 rps


Botella de refresco de limón: 47 rps


Laurel: 5 rps


100 grs de ajo: 8 rps


Guindilla: 30 rps


Zumo de naranja con pulpa: 25 rps


1/2 kg. de patatas: 7 rps


Paquete de galletas: 14 rps



1€ aprox. = 65 rps (depende del día. La rupia varía mucho de un día a otro. Pequeños y grandes inversores del mundo, no tengáis vuestros ahorros en rupias)



No me preguntéis el precio del marisco porque no tengo los datos. Agradable velada con los compatriotas seguida de un poco de bailoteo. No demasiado. Aquí a partir de las 2 de la mañana las opciones de fiesta empiezan a ser más bien escasas.



“Traed el ternero cebado y matadlo”

jueves, 19 de marzo de 2009

Callejeros (13-09-2009)

Hoy hemos compartido la tarde con la gente del programa de callejeros. Beatriz, Carlos, Javi y Josetxu (estos dos últimos aprovechan unos días de vacaciones para acompañar a los primeros, que son realmente los que hacen el trabajo). Intentamos mostrarle un poco de nuestra vida en Mumbai. Previo consentimiento por nuestra parte, les hemos dejado invadir un poco nuestra intimidad. Intimidad en una ciudad de casi 20 millones de personas suena algo extraño. Pero no es preocupéis. Todavía no soy lo suficientemente famoso ni estoy lo suficientemente desesperado para haber cobrado. Además, la política de callejeros es no pagar a la que gente que sale en el programa. Punto para ellos. Fue una experiencia interesante conocer a la gente del programa y ver cómo se realiza. Todo transcurrió de una manera muy agradable. Aunque no sea yo el más fiel de los seguidores de callejeros ni de la ideología de cuatro, sólo tengo palabras amables para sus representantes en Mumbai.
Espero que al menos pongan alguna imagen (y si no es mía seguro que es de alguno de los compañeros con los que habitualmente me muevo por aquí, pues conozco a todos los que entrevistaron) y así compartir con todos vosotros a través de la televisión algo más de lo que hay por aquí.

“La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular”

Father One (12-03-2009)

Hoy nos hemos acercado a la iglesia de San Pedro. Dista unos 350 metros de la iglesia de San Andrés. Allí hemos conocido al Padre Juan (father one, como nos cuenta que le llaman sus feligreses mientras esboza una sonrisa). Es un jesuita valenciano que lleva en Bombay (porque cuando él llegó aquí Mumbai todavía se llamaba Bombay) la friolera de 56 años. Por aquel entonces la ciudad contaba con 3 millones de almas. Hoy son casi 20.
En Mumbai todavía quedan unos 15 jesuitas de los más de 100 que llegó a haber, y 3 de los cuales viven en la parroquia de nuestro protagonista. Nos invita a pasar a uno de los salones parroquiales y charlar relajadamente con él. Hablamos de la motivación de nuestra estancia en Mumbai, de su misión pastoral, de España, … Todavía conserva un marcado acento valenciano y de vez en cuando le cuesta recordar la pronunciación española de alguna palabra. Nos comenta que hace cinco años que no pisa suelo español, pero que tiene pensado hacerlo este verano para poder asistir a la primera comunión de su sobrina. Aprovecha para hacernos alguna reflexión de la pérdida de valores en el viejo continente que él percibe. La gente siempre va con prisas y tiene la sensación de que cuando queda con alguien parece que le interrumpe su vida ordinaria, pues se ha dejado de tener tiempo para la escucha y el cultivo de las relaciones personales. Habla con cierta melancolía. Cuando va a España echa de menos la masa de personas que hay en Mumbai. Como dice él, cuando pasea por Valencia es como pasear por un desierto. Parece que no hay nadie. Le preguntamos por su labor en la parroquia. Nos cuenta que tiene 6 misas diarias y 8 los domingos. La iglesia, una de las más grandes de Mumbai, que tiene cabida para unas 300 personas, se suele quedar pequeña. Aquí la religión no es sólo cosa de viejos. Su labor no consiste en grandes proyectos. El trato directo con las familias y sus necesidades parece ser el eje central de su actividad. Eso sí, nos recalca que el barrio es de clase media-alta.
Le hacemos saber que un programa de la televisión española está esta semana en la ciudad y que podría ser interesante un testimonio como el suyo. Acepta sin ningún problema. Desgraciadamente, mañana su labor pastoral lo tendrá ocupado hasta por la tarde. Esperemos que pese a todo no haya problema para grabarle. Promete ser enriquecedor para todos.
Antes de despedirnos tomamos nota de su teléfono móvil y él hace lo propio con los nuestros. Se le ve torpe escribiendo. Además, nos advierte de que su capacidad auditiva ha vivido tiempos mejores. Antes de salir, nos invita a pasar al templo, pues de la que nosotros llegamos estaba cerrado.
En otro orden de cosas, además de la experiencia del “Father One” ya tenemos pensado qué vamos a enseñar a la gente de Callejeros-viajeros. Todavía no tengo muy claro el nombre exacto del programa. No sé si lo estarán anunciando ya en Cuatro, así que quizás vosotros sepáis más que yo. De momento no os desvelo más, que a saber lo que pondrán por la tele una vez que tengan que montar el programa. Parece ser que para tener 30 minutos de televisión de calidad son necesarias tropecientas horas de video.

Holi (11-03-2009)


Mi primera celebración del Holi y quién sabe si volveré a poder celebrarlo. Fiesta nacional en India y día libre en la oficina. Una fiesta terriblemente popular que básicamente consiste en untar a todo el mundo con polvos de colores.
Compartimos el día con los responsables de un programa de televisión. Nos invitan a tomar unas cervezas y comer algo. Llego a casa a media tarde con la cara embadurnada de rojo, verde y amarillo y pongo la camiseta a remojo con la intención de que alguna vez vuelva a ser ponible. Los pantalones comprados para la ocasión yacen en el suelo abiertos por la entrepierna. Mi veloz quiebro para evitar llenarme de pintura fue suficiente para rasgarlos.
Niños y mucha más gente mayor de la que yo me pudiera esperar se unen a la fiesta con entusiasmo. Las caras y cuerpo totalmente manchados por la pintura son dignos de ver.
Una celebración realmente colorida que parece ser que marca el inicio de la estación.
Me despido con la expresión que más se escuchaba ayer por las calles: Happy Holi!


Primeras impresioenes


Muy buenas a todos.
Todavía no tengo Internet en casa, así que disculpad la ausencia de noticias. A los que os llegue este correo, sabed que estoy bien y que todo sigue el rumbo previsto (si es que aquí hay algo que pueda ser mínimamente previsto) y dadle un poco de difusión, que siempre se me olvidará alguien, más cuando tengo que mandarlo desde el curro (aunque con la tranquilidad de escribirlo desde casa).
Ya hace más de una semana desde que llegué a India. Me gustaría romper el tópico que se puede encontrar en cualquier libro de viajes respecto a las primeras impresiones que la India produce en el visitante. Me gustaría, pero no puedo. Es gris, sucia, ruidosa, maloliente, caótica, congestionada y cuantas otras cosas se os pasen por la cabeza.
Me han tenido que convencer de que estamos en invierno. Cuesta creerlo a 30 grados a la sombra y con una humedad insoportable. Cuando salgo de la ducha nunca tengo muy claro si no me he secado bien o si es que ya he empezado a sudar. Vivo en un barrio católico, abiertamente católico y orgulloso de su catolicidad. Se llama Bandra. No es difícil ver un Cristo por cualquier rincón. Este sábado me acerqué al templo (Iglesia de Saint Andrew). Me impresionó ver la cantidad de fieles que había. No sé muy bien por qué, pero me acordé de nuestra parroquia de San Pablo. Ciertamente Europa se ha convertido en tierra de misión.
Mi lugar de trabajo está en un barrio llamado Worli, a unos 30 minutos de casa en taxi con un poco de suerte, es decir, sin mucho tráfico. Se supone que Bandra y Worli son dos barrios medianamente aceptables. Sin embargo India te abofetea allá por donde vayas. No podría decir cuánta gente he visto en esta semana durmiendo en la calle, descalzos, lisiados, mutilados, ciegos, niños de no más de 4 años con recién nacidos en brazos mendigando permanentemente sin apenas ropas con la que taparse, …
Este fin de semana tomé el tren indio por primera vez. Fui en primera clase, que realmente sólo se distingue de segunda en una cosa. En primera el número de pasajeros te permite respirar. Mientras que contemplábamos las chabolas de la gente desde el tren, un niño que no me llegaría a la cintura limpiaba el suelo del vagón con su propia camisa por las rupias que alguien quisiera darle. Iba descalzo, por supuesto, y con pinta de no haberse duchado en mucho tiempo. A la vuelta, esta vez en taxi, un niño descamisado que lucía una quemadura desde la cintura hasta el cuello picaba a nuestra ventana para mendigar unas rupias. Una vez se fue éste, vino otro al que le faltaba una mano. No hay día que salgas a la calle y no te encuentres alguna lamentable imagen como las anteriores. Pese a ello, la sensación de seguridad es total.
El indio siempre intenta engañarte en el precio, pero es contrario a la violencia o el robo. Este mismo viernes la becaria de Galicia perdió su cartera. El conductor del ricksaw (buscad por Internet lo que es) estuvo buscándola por todo el barrio hasta encontrarla para devolvérsela. No faltaba ni una rupia.
En otro orden de cosas, si no hubiese tenido que trabajar el lunes, habría salido en el video-clip de Kylie Minogue. Estaban buscando occidentales y ahí estábamos nosotros. Sólo pudo ir el becario vasco. A ver si al final aparece por ahí. De todas maneras, quedó en avisarnos para próximos eventos. Así mismo, parece ser que esta semana viene aquí la gente de callejeros (rebautizado con el nombre de viajeros, según me han informado) y nos van a entrevistar. Andan buscando españoles en Mumbai y la becaria de Madrid que se dedica al mundo de la comunicación, tiene algún contacto en la televisión. Por si acaso es verdad, no dejéis de verlo, aunque no sé cuándo lo van a echar por la tele.
Intento convivir con la ciudad, pero no es del todo sencillo. Acostumbrarse a esta permanente suciedad, cucarachas en la comida (como así nos pasó en un restaurante “bueno”), sudor, ruido, pobreza extrema y demás vicisitudes llevará más de una semana. También intentamos poner Internet y hacernos con un teléfono móvil desde hace una semana pero no hay manera. Además nuestro casero no nos ayuda demasiado con el tema de Internet. El concepto de casero indio dista mucho del español. Este hombre entra por aquí como Pedro por su casa. Raro es el día que no nos regala su presencia con cualquier excusa. Se dice que en India quien tiene paciencia la pierde y quien no la tiene la gana.
No cuento más que ya es bastante. Más noticias en el próximo correo.
Agradeceré los vuestros aunque no tenga muy claro que pueda responderlos. Por lo menos de momento.